Hablar del apellido Mazin es hablar de la saga que, probablemente, más ha hecho por la comunidad judía española. El patriarca, Max Mazin Brodovka, fallecido en mayo de 2012, fue una figura clave en el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel, hasta el punto de que, durante años, actuó como embajador no oficial y, en pleno franquismo, logró abrir la primera sinagoga en Madrid.
Nacido en Shtetl, una antigua aldea judía al norte de Cracovia, tras finalizar la Segunda Guera Mundial, en la década de los 50, llegó a España, donde hizo fortuna con el inmobiliario y los hoteles al frente de compañías como Renta Inmobiliaria y Hoteles Tryp, participó en la fundación de las patronales empresariales CEOE y CEIM, fue consejero de FCC y se nacionalizó español, aunque su corazón siempre estuvo también con Israel.
Junto al fallecido empresario, también aparecen sus hijos Daniel, Ariel y Miguel Mazin Moor entre las personas relacionadas con estas cuentas.
La presencia de personas ligadas a la comunidad judía entre los clientes del banco es sorprendentemente alta. Sin embargo, hay un dato que ayuda a entenderlo: a finales de los años 90, HSBC compró el Republic National Bank of New York, entidad con sede en Ginebra fundada por Edmund Safra (1932-1999), multimillonario judío sefardita que consiguió captar a prominentes personajes de la comunidad hebrea para atraer sus capitales a la ciudad suiza. Sus cuentas se transfirieron al HSBC cuando el gigante de la banca privada adquirió a la joya de la corona de Sefard.